Jesucristo no fue solo un profeta, ni un líder moral, ni un personaje histórico.
Él es el Hijo de Dios, el Cristo, el Ungido, el Salvador del mundo.
Fue enviado por el Padre no para condenar, sino para rescatarnos.
Jesús es Dios hecho hombre. Nació sin pecado, vivió sin culpa y vino a cumplir una misión eterna: salvar lo que se había perdido.
“Porque el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido.”
— Lucas 19:10
Jesús vino con un propósito muy claro:
Entregar su vida por amor a ti.
No vino a darte una religión.
No vino a reformarte.
Vino a reconciliarte con Dios, a restaurar lo que el pecado había roto.
“Porque tanto amó Dios al mundo, que dio a su Hijo unigénito,
para que todo aquel que cree en Él no se pierda, sino que tenga vida eterna.”
— Juan 3:16
IJesús no perdió la vida.
Él la entregó voluntariamente.
Su muerte no fue un accidente.
Fue el acto supremo de obediencia y amor.
Fue el sacrificio perfecto para pagar la deuda de nuestro pecado.
“Nadie me la quita (la vida), sino que yo de mí mismo la pongo...”
— Juan 10:18
Jesucristo resucitó al tercer día, y hoy vive.
Y sigue transformando vidas por medio del Evangelio de la Gracia.
Porque todo lo que Jesús hizo, lo hizo por ti.
Y no te pide que lo pagues.
Solo que lo creas, lo recibas, y vivas como alguien verdaderamente libre.
“Así que, si el Hijo los libera, serán verdaderamente libres.”
— Juan 8:36
No necesitas ser perfecto.
Solo necesitas abrir tu corazón a la verdad más poderosa del universo:
Jesús te amó… y lo demostró en la cruz.
Él te espera con los brazos abiertos.
Y todo ya fue pagado.
¿Por qué?
Porque cuando realmente sigues a Jesucristo,
Su Espíritu Santo vive en ti
y te invita a no pecar más.
No con miedo.
Sino con amor, convicción y poder.
“¿Qué concluiremos? ¿Vamos a persistir en el pecado para que la gracia abunde?
¡De ninguna manera! Nosotros, que hemos muerto al pecado, ¿cómo podemos seguir viviendo en él?”
— Romanos 6:1-2
Lee Su Palabra. Acércate a una Congregación que enseñe la Gracia, no la condenación.
Porque Jesús no vino a señalarte (condenarte), vino a salvarte.
Si hoy te sientes amado por Dios...
Si estás seguro de tu salvación,
si el gozo y la paz de Dios inundan tu corazón,
si conoces el propósito que Él tiene para tu vida,
y confías plenamente en Jesucristo,
sabiendo que Él ya te lo ha dado todo...
Entonces quédate donde estás.
Estás en el lugar correcto.
Estás caminando en la Verdad.
Pero si no es así...
si hay dudas, vacío, miedo, culpa o confusión…
si no estás seguro de estar en paz con Dios,
si aún cargas con la idea de tener que ganarte su amor…
Este sitio es para ti.
Porque el Evangelio de la Gracia lo cambia todo.
“Conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres.”
— Juan 8:32
¿Tienes alguna duda o comentario?
Usamos cookies para analizar el tráfico del sitio web y optimizar tu experiencia en el sitio. Al aceptar nuestro uso de cookies, tus datos se agruparán con los datos de todos los demás usuarios.